Esta semana estuve
dos veces en el Pantano de Rosarito, lugar de invernada de unos
cuantos cientos de grullas.
El lunes fuí por la
mañana. Antes de amanecer, ya estaba sentado a la sombra de un
árbol. Lo de la sombra es un eufemismo muy gordo, pues además de
ser de noche estaba nublado.
Me guié por las
explicaciones que me dió Dave, y una vez en el sitio que me indicó,
seguí el sonido de las trompetas de las grullas, que me sonaron como
un canto al amanecer.
Cuando ya se podía
ver algo, observé que a unos cien metros de donde yo estaba,
picoteaban en el suelo unas treinta grullas, y llegué a contar en
algún momento mas de cincuenta.
Aguanté sentado en
la piedra hasta que poco a poco se marcharon todas las grullas.
Las
condiciones de luz fueron las que había, malas. Espero
elegir mejor la próxima vez, no el lugar que fue inmejorable, pero
sí
estudiar mejor la climatología.
Y
le segunda vez, ayer por la tarde acompañando a Dave. Fuimos
al sur de Rosarito. Vimos
muchas mas grullas que yo el lunes, pero
como no
fuí
capaz de sacar una foto decente, es por lo que pongo una foto de la
temporada pasada, en la que estuve
cuatro
veces acompañando a los Langlois,
Dave
y Samuel.
Las grullas son un lujo y privilegio que tenemos los que vivimos en la Vera (ojalá que las respetasen más). Siempre da gusto disfrutarlas en tu compañía.
ResponderEliminarUn abrazo
Dave
Excelentes fotografías y bonito blog, me hago seguidor. Saludos desde Cantabria.
ResponderEliminarhttp://faunacompacta.blogspot.com.es/