Teníamos
Nieves y yo muchas ganas de visitar la “Sierra de Grazalema” y la
semana pasada decidimos alejarnos de nuestras rutinas habituales, y
marcharnos a Cádiz.
De
las muchas rutas y sendas indicadas en los mapas de la zona, elegimos
dos imprescindibles, aunque al final hicimos tres.
El
Pinsapar. Mas o menos la mitad del sendero se hace atravesando un
denso bosque de pinsapos,
en
el que nos sentimos muy impactados por la fuerza y violencia que
la naturaleza emplea en este lugar, a veces agobiante, a
veces oscuro, donde las rocas y los árboles viven en aparente caos
o simbiosis, difícil de interpretar para mí, y es lo que me hace
sentir admiración por este bosque.
Garganta
verde. Es un pequeño recorrido, no exento de dificultad, que
transcurre a través de un cañón que desciende hasta el cauce de un
arroyo seco, y que concluye en una cueva que llaman ermita.
En
este paraje anidan una cantidad considerable de buitres, y debido a
la época del año en la que estamos, tenían un ajetreo bastante
intenso.
Salto
del cabrero. Para hacer esta ruta no se necesita pedir permiso como
para las dos anteriores.
Al
poco de empezar a andar, la primera peculiaridad que encontramos es,
que la senda atraviesa un corral de cabras perfectamente cercado,
donde las cabras se comunican de un lugar al otro por un paso
soterrado.
El
viento era muy fuerte, pero por el aspecto de algunos árboles,
ésto
debe ser muy normal.
Pues se ve que el viaje ha valido la pena. Siempre viene bien cambiarse de aires de vez en cuanto. Que curioso lo de la senda cruzando el corral de cabras. ¿Es porque es una senda con servidumbre público y no pueden cerrarlo?
ResponderEliminarAbrazos
Dave y Sam