y el otoño duró lo
que tarda en llegar el invierno
Joaquín Sabina
Este fin
de semana ha sido duro en lo climatológico y en lo personal.
El
sábado salimos de casa con la idea de alcanzar los 1800 metros de
altura, pensando que el temporal de norte habría hecho bajar a las
cabras montesas.
No
habríamos alcanzado los 1300 metros, cuando sonó el móvil con la
noticia del fallecimiento de una sobrina de Nieves (una niña de 14
años había sido atropellada en la ciudad de Madrid).
Esta
mañana me desperté mas o menos pronto, a pesar de lo tarde que
llegamos de Madrid, y decidí salir rumbo a la sierra nada mas tomar
el desayuno. Tenía necesidad de quemar algo dentro de mí, aún
sabiendo que quizás no me liberaría de la presión y la angustia
que me produce pensar en el padre.
!La vida
sigue!, menudo chiste.
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