domingo, 7 de junio de 2015

CABO GATA II


Como decía en la entrada anterior, el cabo, a primera vista, dá la impresión de ser casi un desierto. Pero no lo es, y al caminar por sus parajes se vé que está lleno de vida.
La Cogujada, era la primera especie que veía y oía cuando salía a caminar. Dá la impresión de ser abundante.
 
 
El siguiente en ver era la Collalba rubia, pero no tan abundante.
De los pocos días que cogimos el coche fue para ir a las salinas y así poder caminar por los alrederores.
En las salinas había gran cantidad de aves, pero a mucha distancia, el único que se acercó fué este Butrón.
 
Siguiendo el recorrido, en uno de los observatorios que hay distribuidos por la salina, sí pude ver mas cerca los Flamencos, y a su alrededor un grupo de Avoceta común.
Uno de los pájaros que este año he buscado mas en la Vera, y que no he sido capaz de ver, es la Collalba negra, y resulta que en el Cabo de Gata es muy abundante, de lo cual me había advertido Dave.

En este viaje yo tendría que haber dicho bimbo cinco veces, pero para un aprendiz como yo creo que decir “bimbo” es cuando menos presuntuoso, porque mas de la mitad de las aves que habitan o se pueden ver en la península Ibérica no las he visto todavía. Por tanto, solo lo diré con el Camachuelo trompetero. Ví solo unos diez o doce, todos en el camino a la cala san Pedro. Un grupo de siete individuos en el primer kilometro del camino y otro grupo con cuatro o cinco, tres kilómetros mas adelante. No fui capaz de ver ninguno mas en ninguno de los recorridos que hicimos.


viernes, 5 de junio de 2015

CABO DE GATA


Este año cambiamos nuestras vacaciones, tradicionales al norte, por la costa del sur.
Elegimos el Cabo de Gata porque nos lo ponderaron mucho todos los amigos, y yo, que la playa me produce urticaria, tengo que reconocer que es una zona que tiene espacios muy interesantes.
 
Nos alojamos en Las Negras, pequeño núcleo urbano muy acogedor. Solo hay viviendas de dos alturas, una sola tienda, y muchos bares (somos el país de los bares). Y no hay ni una oficina bancaria.
El nombre le viene al lugar por las arenas negras y las rocas negras, que supongo se deberá a un pasado volcánico.
 
En contraste con el negro, está el blanco de la cal, que aflora por casi todas partes, dando al visitante recién llegado, la impresión equivocada de un lugar inhóspito, árido, casi desértico.
 
 
Nos dedicamos a recorrer la costa, usando el coche lo menos posible.
La mejor playa nos pareció la de Los Genoveses, amplia, de arena fina y que no está urbanizada, y ojalá dure mucho tiempo así.
 
 
Las Negras y su entorno es completamente distinto, pues no hay playas abiertas, solo calas y con poca arena, por lo que es mas tranquila y con menos turisteo, el sitio ideal para los que recalcitrantes buscadores de la tranquilidad, como yo.
Y toda vía mas marginal es la cala de san Pedro. Es necesario andar casi una hora para llegar a la cala. Es un paraje que en tiempo tuvo otra vida, porque hay restos de una torre de vigía, y algún viejo edificio de uso agrícola. Pero hoy hay un asentamiento de personas que buscan una forma de vida alternativa. En el pueblo les llaman despectivamente los jipis, pero de mis dos visitas al lugar solo puedo decir que me parecieron personas muy respetuosas con el espacio que habitan, pues por ejemplo, no ví basura tirada por ningún lado. El único problema es que en el fin de semana las lanchas neumáticas de la zona se dedican a llevar a los del turisteo, y esos si que dejan suciedad y ruido.